lunes, 1 de octubre de 2012

Vehemencia

Las puertas se abrieron
No pudo concebir que ella, estaba ahí, aún dormida solo por él
el descuido mas mínimo alteraría su tiempo
el sueño, la ilusión de llevarla a su boca
El calor de su alma le excitaba
lo vivo que su corazón palpitaba
Escribió la historia de su amor desde que la introspección le llamó
esperó la vida entera de un vampiro para solo sentir su cabello entre los dedos
jugó y sedujo sus sentidos
en un susurro la despertó
bañando su piel con pétalos .
Admiró al hombre que se llevaría todos sus signos vitales
y le amó con honor.
Se quitó la ropa y sumergió en miel sus deseos
La última fantasía de su cristo fue hacer el amor

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