escalando tanto como puedo
los muros que no me dejan ver el mar
Sostengo nuestras calaveras para recitar la muerte de nuestra separación
Mi cerebro se opaca bajo mis orejas
no puedo comprender los nudos en mi estomago
el ayuno de cada día, por la angustia que llena
trago mis lagrimas y mastico mis dientes
la fluorescencia de mis palabras cultiva flores en mis cuencas.
La ironía del otoño se ha robado mis ojos
y con él todos los petalos.
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