Los días pasan tranquilos, como un cuaderno en blanco
es una lastima no tener pintura para lanzarles.
Esperando aún, el premio perdido,
saboreo su textura, cerca, pero estático
o como si avanzara un paso y él dos.
El viento se apaga en ligeros segundos
ante lo irreal De mi Mente Tormentosa
para escuchar mejor las ondas sonoras que me harán despertar
ya no provienen de la tierra, ni del fuego
ni del cielo, ni del viento
sino del liquido que fluye bajo mi piel
entre tinta de pinceles, infecciones de mis heridas.
Hoy no hay mas espacio para esperar
debería reaccionar.
La metamorfosis acabará junto al invierno
adiós a mi supenso
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